Bem, se a loja que você entrou for criativa quando você pedir uma cueca larga para seu uso pessoal, vai sair um grupo de pessoas assim:
Seguidos por um músico entoando a seguinte música:
Cueca larga de Tito Fernandez**
*Conflitos culturais à parte, cueca em espanhol é calzoncillo(s).
**Aqui está a letra da cueca larga de Tito
CUECA LARGA
Letra y Música: Tito Fernández
Ha llegado otra noche,
y me entretengo,
ordenando palabras,
buscando versos,
Me gustaría arrancarme
por un camino
con mi guitarra al hombro
y un vaso 'e vino.
Y agarrar al primero
que se me cruce
y contarle que tengo
cientos de luces.
Para alumbrar cualquiera
oscuridad
por muy bruta que sea
la soledad.
Yo puedo acompañarte
con cinco notas,
y hacer un canto grande,
de sol y sombra.
Tengo p'a hacer todo eso
sin sacrificio
una buena guitarra
y un verso lindo.
Soy cantor guitarrero
de poncho y manta,
y vengo desde el sure
donde se canta.
Donde se canta cueca
de pat 'en quincha
y las yeguas de puro
gusto relinchan.
Soy potro no domado,
por eso digo
yo acepto a los que quieran
cantar conmigo.
Siempre que saquen sones
del instrumento
que toquen corazones
y abran los vientos.
Por un camino de alas
se van volando
tan sólo tres palabras,
¡te quiero tanto!
El hombre que no quiere
a una mujer,
tan sólo se merece
ser como es.
P'a ser hombre, yo digo,
se necesita,
una mujer, un hijo
y una casita.
Donde llegar de tarde,
de vez en cuando,
pero saber que hay alguien
que está esperando.
Me gustaría una noche,
quiero contarte,
llegar hasta tu casa
sin avisarte.
Y morderte la boca
y en cuatro días,
decirte que te quiero
p'a toa la via.
Una tarde de estrellas,
ya casi oscuro,
se me apareció el diaulo,
te lo aseguro.
Y me dijo, mi negra,
que eran mentiras
toditas tus promesas
que me querías.
A mí me dio una risa
y esto te cuento,
que lo mandé a la mierda
por copuchento.
Cómo viene a mentirme
este Satanás,
si mi mujer me quiere
y a nadie más.
Yo no creo en malulos
ni creo en cuentos,
de una patá en el culo
lo eché al infierno.
Vengo de arriba abajo,
de abajo arriba,
con mi guitarra al brazo
y alguna herida.
Porque tamién es de hombre
reconocer
que más de algunas veces
toca perder.
A mí me han traicionado
varios amigos,
y he perdío callao,
Dios es testigo.
Me han traicionao en plata
y un par de amores,
que no me han despertao
ni los rencores.
Más bien por mis amigos
me ha dao pena,
la plata y los amores
pronto se vuelan.
La amistá y el cariño
nunca se venden
por eso yo les canto
mi cueca alegre.
Vamos a hacer un brindis
por los amores,
por los buenos amigos
los sinsabores.
En una copa'e vino
dejo las penas
y en la segunda copa
quien me condena.
Pero qué voy a hacerle
si ando tomando
y por gracia del vino
vengo cantando.
Vamos a hacer un trato
yo y mi guitarra
'taremos por un rato
en esta farra.
Después continuaremos,
por ahí andando,
porque es nuestro destino
ir caminando.
Hacia la luz eterna
hacia allá vamos,
una copla en las cuerdas
y otra en los labios.
Somos tres peregrinos
con nuestro canto,
una vez en el suelo
y otra muy alto.
Somos de las estrellas
somos del trigo
somos de las espuelas
y los estribos.
Somos de tierra hermosa,
somos de Chile,
donde existen mil coplas,
miles y miles.
Somos de güena raza,
de gente simple,
venimos de la casa
de los humildes.
Ya nos vamos cantando,
cantando vamos,
Dios sabrá si mañana
nos encontramos.
Quien sabe si este mundo
no se termina
nos hallemos, de nuevo,
en alguna esquina.
Voy a acabar la cueca
con una frase:
El que la hace la paga,
no hay que olvidarse.
Letra y Música: Tito Fernández
Ha llegado otra noche,
y me entretengo,
ordenando palabras,
buscando versos,
Me gustaría arrancarme
por un camino
con mi guitarra al hombro
y un vaso 'e vino.
Y agarrar al primero
que se me cruce
y contarle que tengo
cientos de luces.
Para alumbrar cualquiera
oscuridad
por muy bruta que sea
la soledad.
Yo puedo acompañarte
con cinco notas,
y hacer un canto grande,
de sol y sombra.
Tengo p'a hacer todo eso
sin sacrificio
una buena guitarra
y un verso lindo.
Soy cantor guitarrero
de poncho y manta,
y vengo desde el sure
donde se canta.
Donde se canta cueca
de pat 'en quincha
y las yeguas de puro
gusto relinchan.
Soy potro no domado,
por eso digo
yo acepto a los que quieran
cantar conmigo.
Siempre que saquen sones
del instrumento
que toquen corazones
y abran los vientos.
Por un camino de alas
se van volando
tan sólo tres palabras,
¡te quiero tanto!
El hombre que no quiere
a una mujer,
tan sólo se merece
ser como es.
P'a ser hombre, yo digo,
se necesita,
una mujer, un hijo
y una casita.
Donde llegar de tarde,
de vez en cuando,
pero saber que hay alguien
que está esperando.
Me gustaría una noche,
quiero contarte,
llegar hasta tu casa
sin avisarte.
Y morderte la boca
y en cuatro días,
decirte que te quiero
p'a toa la via.
Una tarde de estrellas,
ya casi oscuro,
se me apareció el diaulo,
te lo aseguro.
Y me dijo, mi negra,
que eran mentiras
toditas tus promesas
que me querías.
A mí me dio una risa
y esto te cuento,
que lo mandé a la mierda
por copuchento.
Cómo viene a mentirme
este Satanás,
si mi mujer me quiere
y a nadie más.
Yo no creo en malulos
ni creo en cuentos,
de una patá en el culo
lo eché al infierno.
Vengo de arriba abajo,
de abajo arriba,
con mi guitarra al brazo
y alguna herida.
Porque tamién es de hombre
reconocer
que más de algunas veces
toca perder.
A mí me han traicionado
varios amigos,
y he perdío callao,
Dios es testigo.
Me han traicionao en plata
y un par de amores,
que no me han despertao
ni los rencores.
Más bien por mis amigos
me ha dao pena,
la plata y los amores
pronto se vuelan.
La amistá y el cariño
nunca se venden
por eso yo les canto
mi cueca alegre.
Vamos a hacer un brindis
por los amores,
por los buenos amigos
los sinsabores.
En una copa'e vino
dejo las penas
y en la segunda copa
quien me condena.
Pero qué voy a hacerle
si ando tomando
y por gracia del vino
vengo cantando.
Vamos a hacer un trato
yo y mi guitarra
'taremos por un rato
en esta farra.
Después continuaremos,
por ahí andando,
porque es nuestro destino
ir caminando.
Hacia la luz eterna
hacia allá vamos,
una copla en las cuerdas
y otra en los labios.
Somos tres peregrinos
con nuestro canto,
una vez en el suelo
y otra muy alto.
Somos de las estrellas
somos del trigo
somos de las espuelas
y los estribos.
Somos de tierra hermosa,
somos de Chile,
donde existen mil coplas,
miles y miles.
Somos de güena raza,
de gente simple,
venimos de la casa
de los humildes.
Ya nos vamos cantando,
cantando vamos,
Dios sabrá si mañana
nos encontramos.
Quien sabe si este mundo
no se termina
nos hallemos, de nuevo,
en alguna esquina.
Voy a acabar la cueca
con una frase:
El que la hace la paga,
no hay que olvidarse.
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